1. Preparación de apagado o parada
Es necesario contar con un protocolo de apagado de las máquinas, así como una evaluación previa de los posibles riesgos derivados y sus posibles herramientas de control, antes de iniciar la operación de mantenimiento.
2. Ejecución del apagado
Completada la fase de planificación y preparación, es posible iniciar el proceso de apagado y bloqueo de las máquinas a intervenir. Es imprescindible que todo el personal, relacionado o no directamente con el equipo, esté al corriente del procedimiento.
Para ello, se seguirá estrictamente el protocolo diseñado en el paso previo, el cual deberá ser lo más detallado posible y prever cualquier situación.
3. Aislamiento del equipo
El equipo no se considerará completamente apagado hasta que se hayan verificado que todas las fuentes de energía han sido desconectadas. Tanto fuentes de energía primarias (electricidad, agua, gas, vapor, aire comprimido) como la purga de energía secundaria (energía cinética, calor retenido, derrames o humos).
Cuando el equipo se encuentre totalmente aislado de cualquier fuente de energía, se considerará apagado y se podrá pasar a la siguiente fase.
4. Bloqueo o candado y etiquetado
Con el equipo correctamente aislado de fuentes de energía, procederemos a la colocación de dispositivos de bloqueo, candados y etiquetas en cualquier punto de fuga de energía potencial. Cada elemento debe estar correctamente etiquetado y codificado para facilitar un control visual sencillo y claro. Estos mantendrán las fuentes de energía en posición «segura» e imposibilitarán que puedan accionarse de forma accidental.
5. Comprobación y bloqueo de energía almacenada
Todo procedimiento LOTO debe incluir medidas para identificar este tipo de energías residuales y que esta pueda ser liberada, desconectada, restringida o convertida en no peligrosa. Se trata de protocolos preventivos como la instalación de sistemas de frenado, válvulas de alivio, etc. que trabajen sobre la energía y avisen a los operarios implicados en el proceso.
6. Verificación del aislamiento del equipo
Esta última fase permite asegurar que ya no existe ningún riesgo para los operarios y trabajadores. Una vez se ha apagado y aislado el equipo, bloqueado, etiquetado y comprobado que no hay energías vivas, es momento de verificar de nuevo todo el proceso.
Solo después de este paso, en el que un técnico autorizado verifique la correcta implantación de cada paso del proceso y la imposibilidad de poner en marcha el equipo, será seguro empezar los trabajos de mantenimiento.